Sabemos que le pasa a un chico que cuando estudia se distrae, se pone nervioso, o se le va la cabeza y sabemos como manejar esta situación para que la atención del estudiante esté centrada en su estudio y avance bien en él. Síntomas que muchas veces interpretan como que al estudiante le sucede algo y empiezan a etiquetarle.
Realmente no es un misterio, es algo comprobado y que se enseña, y que nosotros aplicamos obteniendo muy buenos resultados.
Déjame que te cuente el caso de un chico que le estaban ya diagnosticado con TDH y querían medicarle porqué sino ‘no sería capaz de centrarse y aprender y suspendería’ :
“Ander vino teniendo dificultades a la hora de estudiar en todas las materias en general. Y estando muy despistado con lo que tenía que traer y hacer…
Es un niño muy vivo: inquieto y con una gran creatividad. Utilizando estas cualidades a su favor para aplicar la metodología estudiaba haciendo unos buenos dibujos con los que adquiría la comprensión de lo que estudiaba; además de aclarar bien cualquier palabra que no entendía.
En matemáticas se vio que parte de su confusión estaba en no saber muy bien las tablas de multiplicar y logró aprenderlas muy bien haciéndolo mientras caminaba a la vez.
Según fue avanzando el curso empezó a tener más orden en su mochila, a traer lo que le tocaba hacer y apuntando todo bien en su agenda.
Hay que decir que durante el curso trataron en el colegio de diagnosticarle oficialmente TDH diciendo entre otras cosas que como por eso no era capaz de enterarse en clase, el diagnóstico (con su consecuente medicación) sería el requisito para ponerle una atención diferente y exámenes más fáciles. Ander no fue llevado a diagnosticar, y gracias a la academia ha sacado todas sus materias al acabar el curso con muy buenas notas.”