Cada vez más vemos como se deteriora la sociedad, siendo el común denominador: la pérdida de la razón, sobre todo en el campo de los gobernantes o políticos. Básicamente nos encontramos en una guerra entre la estupidez y la razón, que nos puede llevar a la última de todas las guerras.

Más que nunca la verdadera educación debe tomar un papel principal en todo esto, que nos pueda devolver la razón y salir de la estupidez. Veamos esto…

«La manera en que adquirimos nuevos datos y hacemos que la mente ponga la atención ahí y los use, producimos RAZÓN.  Eso es educación»

Por tanto, una buena educación transforma gran parte del desconocimiento en conocimiento.

Ahora bien;¿qué sería todo lo contrario?: la irracionabilidad, inconscienciae ignorancia…  la injusticia y el miedo; ésta la encontramos en dos aspectos, una cuando la atención que se pone es demasiado amplia o dispersa, y la otra cuando la atención es demasiado fija.

En la primera cuando la atención está demasiado dispersa la mente camina por ahí por grandes áreas, resultando en la incapacidad de seleccionar lo importante o lo conveniente.  Y cuando la atención se fija no puedes caminar por ahí suficientemente lejos para encontrar lo que buscas.

En ambos casos la mente no puede resolver el problema, ¿verdad?, el problema que pretendes solucionar o saber, porque en ambos casos hay escasez de verdadera información.

Por la experiencia uno podría muy bien educarse, de hecho, lo hacemos: uno se lía con las cosas que le rodean, se libera de ellas, vuelve con problemas, se lía otra vez, se retira y resuelve los problemas de nuevo; así va acumulando información de ‘como vivir’. Y al mismo tiempo adquiere cierta libertad y más seguridad al verse ante los problemas que ya no le influyen, y mágicamente éstos desaparecen.

La buena educación puede así convertirse en algo bueno que te da fuerzas y una herramienta para disuadir los infortunios que te puedan venir, adquiriendo criterio propio y una mayor felicidad.

El problema de la enseñanza autoritaria es que inculca a la persona los hechos y anula su auto-determinismo. Entendiendo ésta palabra como la capacidad de observar por ti mismo una situación real; de otro modo sería falsamente determinado. Es el caso de tantos estudiantes que no han entendido ni usado o aplicado lo que estudian y continúan adelante ‘estudiando’… Al perder el auto-determinismo se reduce su vida considerablemente y se enredan en un ‘estado fijo’ que como hemos visto es irracional.

A muchas personas con una educación universitaria que han sido machacados por profesores autoritarios, se les ha restado mucha felicidad dejándoles en un estado muy desdichado, llegando a convertirse como autómatas (máquinas vivientes). Su auto-determinismo y su capacidad de ser responsables se redujo hasta tal punto que se vuelven inútiles e incapaces de desempeñar su papel en la vida.

Es el ejemplo del auto-determinismo en un artista que como sabemos es primordial para que su trabajo tenga algún valor. Si se le para dándole una educación autoritaria se crea el mismo efecto como si fuera hipnotizado y lo hunde hacia la tristeza y el despropósito.

Hoy en día la mayor parte de la educación se utiliza como órdenes hipnóticas, más que como una invitación a la razón.

Una educación que invita a la razón y a comparar los datos aprendidos con el mundo real puede elevar a la persona a que sea feliz, alegre, entusiasta y creativa.

Artículo publicado en el Periódico La Información por Rogelio López Garrido, fundador del Centro de Estudios ACE (www.aprendecomoestudiar.com)

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