Con el tema de los exámenes a menudo uno se cuestiona su validez…
Signos de verdadero miedo se plasman en los rostros de muchos estudiantes, temblores, sudores excesivos, vómitos, diarreas, ansiedad, estrés, insomnio, etc.
Anualmente en España son 400 los escolares que se suicidan por motivos fundamentalmente escolares.
Estamos hartos de escuchar en los exámenes de PAU, con amarga tristeza, expresiones como “jugarse el futuro en un solo examen !”… lo padecen ante una prueba que consideran tan injusta como innecesaria. Quiero compartir con vosotros unos apuntes extraídos del libro ‘Educación, alfabetismo y civilización’ que me ha llegado del filósofo y educador Ronald Hubbard, con el cual tuve la oportunidad de escribirme; y de veras no tienen desperdicio, referente a ‘la naturaleza de los exámenes’.
“La forma en que la educación trata de reducir a todos los niños al mismo nivel mental es espantosa. Existen tantos grados y tipos de inteligencia como existen niños. Lo más cruel, inútil y abominable que se haya inventado nunca es el examen que se aplica en todo un grupo. Aquí es donde la clase aprende lo que es la amargura individual…
Si se les somete a una verdadera prueba, con frecuencia resulta que carecen de imaginación, pero tienen lo que podríamos llamar una excelente memoria. La escuela pone un sello en sus diplomas y el mundo da por hecho que son el número uno, y por esa razón el muchacho consigue un trabajo.
Le dicen que vaya a un muelle y vea cuánta piedra hay en aquella barca de mercancías. Seis horas después su jefe viene a ver por qué tarda tanto, y ahí está el muchacho sentado en un armario cerca del timón, rodeado de papeles, trabajando como loco con su regla de cálculo, tratando de calcular la curva que determina la cantidad de piedra machacada y … Su jefe lo hace en cinco segundos. Menospreciándole le señala la profundidad que alcanza la parte de la barca sumergida en el agua, y resuelve el problema. Esto desconcierta tanto a quienes han sido ingenieros durante tiempo, por su frecuente incidencia, que en la actualidad prevalece una idea nada saludable de que ‘¡los universitarios son estúpidos!.
(Extracto del artículo ‘Exámenes’ de Rogelio López Garrido)